Conclusión

Es deber de las naciones el promover políticas de salud que apunten hacia la prevención, diagnóstico y tratamiento a través de programas de enfermedades cardiovasculares, ya que por medio de éstos, los pacientes se mantendrán en control constante por profesionales de salud. El objetivo de estas políticas debe ser el evitar o limitar el daño que la enfermedad puede causar tanto física como económicamente al paciente y a su familia.